Carlos Martínez Murciano

Valores.

El despacho desarrolla su actividad profesional basándose en cuatro principios fundamentales:

1.

La búsqueda permanente de la satisfacción del cliente, a través de la cercanía y la plena dedicación, así como de la calidad del servicio mediante la exigencia de un alto nivel de conocimiento y de responsabilidad profesional.

2.

Máxima cualificación. La exigencia es máxima, por eso para alcanzar la mejor gestión en los servicios que se prestan se le otorga la mayor importancia a la formación continua del abogado con objeto de actualizar permanentemente los conocimientos que se adquieren para su aplicación al servicio del cliente.

3.

Independencia y libertad. El ejercicio del derecho de defensa, además de abogados libres, exige abogados independientes. Principios estos que constituyen un privilegiado estatuto que la ley confiere al abogado para el desempeño de su función, por ello en el despacho se ejerce la Abogacía defendiendo sin denuedo los asuntos que se encomiendan con libertad e independencia sin más límites que la ley y las normas deontológicas.

4.

Ética Profesional. La independencia, honradez, probidad, rectitud, lealtad, diligencia y veracidad son virtudes primordiales que deben adornar cualquier actuación del abogado.

Las actuaciones profesionales siempre estarán dentro de los límites que establece el Código deontológico de la Abogacía, ya que en una sociedad basada en el respeto al Estado de Derecho, el abogado cumple un papel esencial y deber servir los intereses de la Justicia, así como los derechos y libertades que se le han confiado para defenderlos con el máximo celo.